Este interesante tema bíblico ha sido tratado por numerosos artistas; en escultura tenemos, por ejemplo, el David de Miguel Ángel y el de Bernini, en pintura, la obra de Caravaggio, los grabados de Doré, e, incluso, mucho más recientemente, las ilustraciones del dibujante de cómics Simon Bisley, entre otras obras.
Mi favorito es, sin duda, el David de Miguel Ángel, que es representado por el gran artista en el instante inmediatamente anterior a la batalla, un momento de enorme heroicidad y valentía, un David concentrado en la tensa espera del momento idóneo para el ataque, con una mirada desafiante y terrible (“terribilitá”, concepto que traté hace poco en este mismo blog, donde hablé del impacto que me causó contemplar tanto esta escultura como la de Moisés en mi viaje por Italia); al mismo tiempo, por su pose, parece tranquilo, sin temor aparente. Este es el momento que he tratado de representar en mi dibujo. La escultura de Bernini, por su parte, representa, justamente, la secuencia siguiente; David en el momento de lanzar la piedra, girando el cuerpo con un expresivo gesto de esfuerzo. Otros artistas nos representan a David con la cabeza cortada de Goliat en sus manos.
Yo creo que este es un tema intemporal, una cuestión que podemos plantearnos con especial énfasis ante la difícil coyuntura actual: ¿podemos enfrentarnos con éxito a situaciones, poderes o rivales aparentemente muy superiores a nosotros, que tratan de oprimirnos y, a veces, parecen intocables? Por lo menos, yo pienso que merece la pena intentarlo con determinación. Ya lo decía el gran sabio taoísta Lao Tse en su Tao Te King: “Que lo débil vence a lo fuerte, y lo blando a lo duro, es sabido por todo el mundo, mas nadie se rige por ello”.
1 comentario:
Realmente una cuestión muy interesante. Una reflexión que puede ser muy útil.
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